CAMPO DE HIELO SUR

Hernán Merino Correa


Numerosos han sido los compatriotas que han pedido información sobre el teniente Merino. Que esto ocurra a mas de tres décadas de su muerte en Laguna del Desierto es sin lugar a dudas un homenaje a su ofrenda. Poco se ha publicado sobre este mártir. Lo que presentaré en este breve escrito sin dudas no hará justicia a su sacrificio. Pero lo hago con humildad y reconocimiento. La base de esta presentación es un discurso dado por el Senador de la República Don Antonio Horvath el 6 de noviembre de 1990 y recuerdos personales de mi infancia en la década del 60.

Hernán Merino Correa nació en Antofagasta el 17 de julio de 1930. Se dice que siempre mostró las cualidades típicas del chileno en su caracter pícaro, arrojado, y leal. Estas no son palabras usadas en forma vana simplemente para ensalzar el sujeto de este relato. ¿Como sabemos que Merino era un hombre, en el sentido castellano de la palabra, valiente y corajudo? Por su hoja de servicio.

En 1959 a raíz del volcamiento de un vehículo cae una madre embarazada a las frias aguas del Bio-Bio. Un joven teniente se lanza a las torrentosas aguas y la rescata. Su nombre: Hernán Merino Correa.

En 1963 cae un avión en el cerro Perez cerca del Fiordo Aysen. Es pleno invierno. Mueren 18 ocupantes incluyendo el Obispo de la zona. Sin embargo, queda un sobreviviente. Un hombre acude al rescate. Este hombre camina dia y noche por selva y montes. En esta caminata se hiere pero no claudica. Finalmente alcanza el sitio del desastre y rescata al único sobreviviente. Este hombre se llamaba Hernán Merino Correa.

Los primeros dias de noviembre de 1965 una reducida patrulla de carabineros acude a investigar reclamos de un agricultor chileno en la zona de Laguna del Desierto. Por razones del destino el 6 de noviembre cuatro carabineros y dos niños, hijos de otro colono chileno, se encuentran en un refugio de la zona. Uno de los muchachitos avisa que se acercan los argentinos. Los argentinos eran cerca de 100 gendarmenes. Los cuatro chilenos estan rodeados. El mayor Torres, a cargo de la patrulla -en un grave error táctico- sale a conferenciar con el jefe argentino. Merino corre detras de su mayor con su fusil para cubrirlo. Los argentinos habren fuego....cae Merino y el sargento Manriquez.

Merino yace con su hombro izquierdo sobre la tierra que tanto ama. Su rostro toca la hierba patagónica.... En fotografias de la época se nota su cuerpo ensangrentado....sus ojos aun abiertos. Su semblante no delata dolor....ni temor.

Así como dice la letra inmortal de Adios al Septimo de Linea.... no dudo que el alma de Merino..... volvió a jurar de nuevo a su bandera.

La muerte de Merino impactó a Chile. A lo largo del pais el pueblo expresó su repudio e indignación. En esa época yo estaba en Iquique. Me acuerdo claramente que cuando la noticia llego a la península de Cavancha escuché a unos pescadores conversar sobre el asunto. Estos hombres rudos, de trabajo, y cortos en palabras no escondian su ira y en forma calmada pero tajante repetian ....que nos manden pal sur....que nos manden pal sur. La misma ira y determinacion que vi en estos hombres de mar la había visto un par de años antes en el roto santiaguino con motivo de otros problemas en la region del Palena: ¡que nos manden pal sur pos iñor! era el clamor del pueblo. Imágenes y palabras de mi infancia que jamás he olvidado y que demuestran la determinación, la valentía, la lealtad, y el heroismo innato del pueblo chileno. Es simplemente una verguenza, y tragedia, que los gobernantes no reflejen el espiritu combativo y de sacrificio de este aguerrido pueblo.

La tragedia de este episodio va más allá de la muerte de Merino. Despues de todo, Chile es un pais que historicamente ha visto sus mejores hijos sacrificados en combate en defensa de su territorio y honor. Además de guerras las luchas fratricidas han cobrado muchas vidas de héroes. La diferencia esta en que esos valientes encontraron su destino en el fragor de la batalla. En contraste, Merino fue abatido sin ver la cara de su enemigo, sin aviso, por una ráfaga disparada -en tiempo de paz- desde la sombra del anonimato. Merino inmoló su vida a sangre fria. Esto hace de Merino....... un mártir.

Las preguntas que surgen son las siguentes: ¿Fué el sacrificio de Merino en vano? ¿Continuarán nuestros enemigos tomando ventaja del pacifismo enfermiso de una parte de la clase política en Chile? ¿Pasará esta época a la historia como la era del entreguismo?

Es preciso destacar que Laguna del Desierto continúa siendo territorio chileno dado los numerosos vicios legales del "arbitraje" y dado que el Senado de la República jamás ha aprobado el traspaso a Argentina. De esta forma Argentina continúa ocupando el territorio en forma ilegal.

El hecho de que la memoria de Merino evoque estas preguntas demuestra que su sacrificio no fue en vano. Las corrientes politicas oscilan. Esa es una verdad histórica. Los entreguistas ya han sido descubiertos y están quedando rápidamente obsoletos. Cuando nuestro pueblo se re encuentre con su destino aquellos que han practicado la religión entreguista, de que importan pedacitos más ó pedacitos menos, serán duramente castigados por la historia. Entonces, Chile como nación podrá ejercer su soberanía a perpetiudad otorgada en las Actas de 1898 y el Laudo de 1902. Solo entonces la figura de Hernan Merino Correa ocupará el lugar que se merece en nuestra historia.


Notas Historicas

Luego del asesinato de Hernán Merino Correa un destacamento de Carabineros de Chile llegó a Laguna del Desierto. Este destacamento esperó la orden de Santiago para expulsar a los gendarmenes......orden que nunca fue dada por el gobierno de la época.

Gobernantes de Chile en 1965: Eduardo Frei Montalva (Presidente) y Gabriel Valdes (Ministro de Relaciones Exteriores)

Personeros responsables de aceptar el "arbitraje" de Laguna del Desierto: Patricio Aylwin Azocar (Presidente) y Enrique Silva Cimma (Ministro de Relaciones Exteriores)


Este busto del Teniente Merino se encuentra en el Seno de Reloncavi, al sur de Puerto Montt. Fotografia, cortesia de don Juan Barriga.


Bibliografia

A. Horvath, La Definicion del Limite o el Limite de la Indolencia (Ediciones Cruz del Sur, Coyhaique, 1997)


Homenaje a Hernán Merino Correa en CDS


Regresar a CAMPO DE HIELO SUR


Fecha de publicacion: 20 de Septiembre de 1998

Pagina actualizada: 28 de Octubre de 2005